El psicólogo Howard
Gardner definió “inteligencia social” (SI, por sus siglas en inglés) en su
teoría pionera de las múltiples inteligencias. La SI incluye ciertas
habilidades como “conciencia situacional, presencia, autenticidad, claridad y
empatía”. La gente se siente naturalmente atraída hacia las personas con un mayor
nivel de inteligencia social. Los individuos con inteligencia social logran que
los demás se sientan valorados, amados, apreciados y respetados. En contraste,
las personas con bajos niveles de SI presentan un “comportamiento tóxico”, que
hace que las personas a su alrededor se sientan incómodas, enojadas y
disminuidas.
¿Qué tan bien logras
lidiar con situaciones sociales? Las interacciones sociales tienen lugar en un
contexto de reglas de comportamiento establecidas, y de patrones subyacentes y
decisiones inconscientes. Si usted está preocupado por su agenda y sus propios
intereses, y es incapaz de percibir los intereses y necesidades de los demás,
sus experiencias sociales sufrirán. Tendrá dificultades para que los demás
interactúen y cooperen con usted.
La conciencia
situacional determina nuestra respuesta en situaciones sociales. Esta supone
valernos de nuestra intuición e inteligencia para decidir, por ejemplo, si
debemos hablar o simplemente callar. Para desarrollar nuestra conciencia
situacional, debemos prestarle atención a las señales verbales y no verbales de
quienes nos rodean. La “estupidez situacional” consiste simplemente en mantener
una posición egoísta e irreflexiva, que puede resumirse como “malos modales”.
Los seres humanos
llenan los espacios con significados, y dichos significados influyen en sus
interacciones. Pensemos en todo lo que sentimos cuando entramos a un tribunal o
a un club. Las interacciones sociales dependen del tipo de espacio en el que
habitemos.
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